Martes 27 de septiembre son las 9:00 a.m. y espero un bus que me lleve a la UIS, necesito ir a clase. En la parada se encuentran otras cinco personas y doy gracias a Dios, porque el día anterior habían robado a una muchacha en ese preciso lugar, aunque fue tarde de la noche, pero jamás se sabe.
Duro aproximadamente 10 minutos esperando el bus, mientras tanto pasan buses para Girón,el centro,el terminal y ni uno solo para la UIS; empiezo a desesperarme y pensar en que fue bueno llegar pronto a la parada porque se demora más o menos 40 minutos en ir el bus de la autopista de Papi quiero piña a la UIS. Y es que ésta parada en la que me encuentro es bastante concurrida, ya que allí se bajan la mayoría de personas que viene viajando de lugares como San gil, Socorro, Bogotá, etc; con sus mil maletas y la gallinita amarrada por las patas que no falta. Hay dos casetas feamente arregladas, no puede faltar el oxido, el televisor pequeño con Caracol o RCN (obviamente estos canales hacen parte del mal gusto que muchas veces nos caracteriza como colombianos), o en su defecto el radio con música popular: rancheras, reggaetón o vallenato; la música perfecta para motivar a las personas a que compren un buen pedazo de chunchullo, papás de paquete duras o una gaseosita con oxido debajo de la tapa.
9:10 a.m., por fin el bus de Caracolí pasa; autopista, carrera 33 y la Universidad, para mi problema, las 5 personas que estaban en la parada se suben en el mismo bus y estoy en el último lugar, así que me toca hacer 1.000 piruetas para no caerme del bus, mientras arranca, ya que quedo prácticamente por fuera; por fin paso la caja registradora, pago, pero el querídisimo chofer se demora en darme "las vueltas"( y es que por cierto cada vez le suben de a 100 o $200 al pasaje, a ese paso en dos años valdrá $3.000). Siento que alguien me observa detenidamente, y precisamente al lado de él me tengo que sentar porque ya habían ocupado los otros puestos, para poderme sentar le tuve que pedir al muchacho que se corriera,ya que tenía sus piernas lo más distantes posible la una de la otra ocupando los dos puestos.
A las 9:30 a.m., me encuentro en el puente la Flora, y como ya me había acomodado medio bien, me doy tiempo para observar lo que ocurre al rededor y noto que el muchacho que está al lado mío observa todo el tiempo la gente que se sube y se baja del bus, con una cara de quien jamás se ha subido a alguno de estos medios de transporte; y es que era todo un papacito; alto, acuerpado, cara cuadrada, cejas espesas, boca rosadita, ojos grandes y estaba bien vestido, bolso con una marca reconocida, los zapatos...bueno, eso si no le alcancé a ver porque ya quedaba muy obvio que me había causado curiosidad, por no decir algo más y es que yo aprovechaba que el mirara por la ventana para poder analizarlo palmo a palmo; en ese ir y venir el chofer trataba de atropellar a cualquier peatón o moto que se le atravesara, le subía el volumen a la radio en la cual promocionaban la purga, la vitacerebrina, en fin , le prometían todas las soluciones a los problemas de la humanidad por medio de pastillas o brujos o lo que se atravesara.
Por fin llegué y el papacito también se bajo en la parada de la UIS donde lo estaba esperando la novia, yo entre a la U a las diez de la mañana, recibí mis clases y volví a la parada del bus a esperar de nuevo el show.
Duro aproximadamente 10 minutos esperando el bus, mientras tanto pasan buses para Girón,el centro,el terminal y ni uno solo para la UIS; empiezo a desesperarme y pensar en que fue bueno llegar pronto a la parada porque se demora más o menos 40 minutos en ir el bus de la autopista de Papi quiero piña a la UIS. Y es que ésta parada en la que me encuentro es bastante concurrida, ya que allí se bajan la mayoría de personas que viene viajando de lugares como San gil, Socorro, Bogotá, etc; con sus mil maletas y la gallinita amarrada por las patas que no falta. Hay dos casetas feamente arregladas, no puede faltar el oxido, el televisor pequeño con Caracol o RCN (obviamente estos canales hacen parte del mal gusto que muchas veces nos caracteriza como colombianos), o en su defecto el radio con música popular: rancheras, reggaetón o vallenato; la música perfecta para motivar a las personas a que compren un buen pedazo de chunchullo, papás de paquete duras o una gaseosita con oxido debajo de la tapa.
9:10 a.m., por fin el bus de Caracolí pasa; autopista, carrera 33 y la Universidad, para mi problema, las 5 personas que estaban en la parada se suben en el mismo bus y estoy en el último lugar, así que me toca hacer 1.000 piruetas para no caerme del bus, mientras arranca, ya que quedo prácticamente por fuera; por fin paso la caja registradora, pago, pero el querídisimo chofer se demora en darme "las vueltas"( y es que por cierto cada vez le suben de a 100 o $200 al pasaje, a ese paso en dos años valdrá $3.000). Siento que alguien me observa detenidamente, y precisamente al lado de él me tengo que sentar porque ya habían ocupado los otros puestos, para poderme sentar le tuve que pedir al muchacho que se corriera,ya que tenía sus piernas lo más distantes posible la una de la otra ocupando los dos puestos.
A las 9:30 a.m., me encuentro en el puente la Flora, y como ya me había acomodado medio bien, me doy tiempo para observar lo que ocurre al rededor y noto que el muchacho que está al lado mío observa todo el tiempo la gente que se sube y se baja del bus, con una cara de quien jamás se ha subido a alguno de estos medios de transporte; y es que era todo un papacito; alto, acuerpado, cara cuadrada, cejas espesas, boca rosadita, ojos grandes y estaba bien vestido, bolso con una marca reconocida, los zapatos...bueno, eso si no le alcancé a ver porque ya quedaba muy obvio que me había causado curiosidad, por no decir algo más y es que yo aprovechaba que el mirara por la ventana para poder analizarlo palmo a palmo; en ese ir y venir el chofer trataba de atropellar a cualquier peatón o moto que se le atravesara, le subía el volumen a la radio en la cual promocionaban la purga, la vitacerebrina, en fin , le prometían todas las soluciones a los problemas de la humanidad por medio de pastillas o brujos o lo que se atravesara.
Por fin llegué y el papacito también se bajo en la parada de la UIS donde lo estaba esperando la novia, yo entre a la U a las diez de la mañana, recibí mis clases y volví a la parada del bus a esperar de nuevo el show.
No hay comentarios:
Publicar un comentario