Paradoja era como todas las niñas, un poco lánguida, un poco feliz. Las mañanas de aquel ser no importan, siempre eran iguales, rosadas y grises; ah, pero la tarde, traía consigo el maravilloso mundo de lo oculto e indescifrable. ⏳
Solo
debía tener todo listo, su silla mecedora y sus zapatos de charol, (1, 2, 3,
vuelve, 1, 2, 3, vuelve… ¿Qué es todo ese movimiento?, ¿Quién perturba mi
tranquilidad?)
-
Paradoja: ¡Papá!, ¿Dónde está mi abuela? 👧
- Alberto:
Gregorio, corre, corre, el demonio blanco nos persigue. 😱
Paradoja
solo veía a su padre y a su abuelo correr por toda la sala, parecían un
borracho y un loco, menos mal la mesa del comedor era grande y de una madera
muy fuerte, resistía en el campo de batalla; este show esquizomaníaco la
cansaba, así que decidió regresar al único lugar donde se sentía tranquila, en
su casa, la biblioteca. 📙
Autora: La pequeña Lilyth (LASG)
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